Bosque nativo con luz de sol entrando en medio de las copas
Objetivo 15: Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad

Descripción

El Objetivo 15 pretende conservar la vida de ecosistemas terrestres. Busca proteger y restablecer los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, y detener la pérdida de biodiversidad.
Los ecosistemas terrestres son vitales para el sostenimiento de la vida humana, contribuyen a más de la mitad del PIB mundial e incluyen diversos valores culturales, espirituales y económicos.
Sin embargo, el mundo se enfrenta a una triple crisis del cambio climático, a la contaminación y a la pérdida de la biodiversidad.
Más de 100 millones de hectáreas de tierras sanas y productivas se degradaron anualmente entre 2015 y 2019, lo que afectó a la vida de 1300 millones de personas.

Mensajes clave de la región sobre los temas que aborda el ODS 15 y sus metas

      • Aunque la situación varía entre países y subregiones, la deforestación es una realidad en la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe. La reducción de las superficies de bosques, junto con los cambios en el uso y la gestión de la tierra, han disminuido la evapotranspiración a gran escala, con los consiguientes desequilibrios hídricos y desabastecimiento de agua.

      • Los recursos naturales de América Latina y el Caribe son la base para la seguridad alimentaria, hídrica y energética regional y mundial, y contribuyen a la regulación de la polinización, del clima y de la calidad del aire, así como a la salud de las personas. Pese al potencial de crecimiento sostenible que tienen los recursos naturales de la región, su aprovechamiento y su uso muestran marcadas deficiencias.
      • El patrón agropecuario exportador de la región se expande a costa de los ecosistemas boscosos.

    Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad en América Latina y el Caribe

    Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad en América Latina y el Caribe

    El análisis sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que aquí se presenta es el resultado de los debates que tuvieron lugar en el marco del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, convocada bajo los auspicios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Desafíos y oportunidades para la implementación, el seguimiento y el examen del ODS 15 y sus metas

    • Desafíos

      • Uno de los retos asociados a la intensificación sostenible de la producción agrícola es alcanzar la degradación neta cero mediante el manejo sostenible del territorio con prácticas de gestión del suelo, el agua, la vegetación y la biodiversidad en un amplio contexto agroecológico y socioeconómico.

      • El acaparamiento de áreas forestales a menudo lleva al monocultivo a escala industrial en combinación con el uso de plaguicidas, así como a conflictos con las comunidades locales y la destrucción de sus medios de vida.

      • La pérdida de suelos y la degradación de las tierras amenaza el futuro de la economía regional, el desarrollo social inclusivo y los medios de vida de las personas en situación de pobreza. Se ha buscado compensar la degradación de la tierra mediante un uso más intensivo de fertilizantes y de plaguicidas (fungicidas, herbicidas e insecticidas), lo que ha tenido efectos negativos en la calidad de los suelos y del agua.

      • Aunque en países como la Argentina, Honduras, Nicaragua, el Paraguay y el Uruguay las exportaciones basadas en bioeconomía superan el 50% del total, estas no tienen sinergias con la protección de la biodiversidad, al mismo tiempo que la participación de la bioeconomía de alto valor agregado es muy pequeña.

      • Incluso los países de la región con más peso en el comercio mundial agroalimentario tienen una pequeña participación en el número de patentes vinculadas a la agricultura otorgadas de acuerdo con el Tratado de Cooperación en Materia de Patentes, a diferencia del peso que tienen las mayores empresas transnacionales de semillas y agroquímicos.

      • El derecho y el acceso a la tierra es una demanda central en la agenda política de las organizaciones de mujeres rurales, indígenas y campesinas, que se relaciona con otros problemas que las afectan; por ejemplo, la situación de las defensoras de los derechos humanos, la defensa de la tierra y el territorio, y los efectos negativos del cambio climático en la seguridad alimentaria.

      • A pesar de que la agricultura familiar contribuye a tener dietas equilibradas y a conservar la agrobiodiversidad, los agricultores familiares enfrentan problemas asociados a la falta de empleo remunerado y estable, acceso insuficiente a mercados, recursos productivos y servicios rurales, vulnerabilidad al cambio climático, participación insuficiente en la gobernanza de los recursos naturales y migración a las ciudades.

      Oportunidades

      • La biotecnología ayuda al mejoramiento de la agricultura y la lucha contra el hambre y la malnutrición. Además, promueve nuevas formas de organización de las cadenas de valor asociadas a la biodiversidad (biocadenas) y la creación de una economía circular.

      • El manejo forestal con criterios de sostenibilidad es posible y representa una alternativa productiva y de conservación frente a otras prácticas o usos destructivos de los recursos forestales. En ambientes alterados e incluso con procesos de degradación, la restauración mediante el establecimiento de plantaciones forestales bajo modelos de “silvicultura cercana a lo natural” o “bosques plantados de nueva generación” puede ser parte del esfuerzo por promover una deforestación neta cero.

Lecciones aprendidas y buenas prácticas con respecto al ODS 15 y sus metas

      • En el marco de la alianza global para la restauración de los ecosistemas, El Salvador inició un programa nacional y lideró, junto con el Sistema de la Integración Centroamericano (SICA), la propuesta de declarar una década de las Naciones Unidas de restauración de ecosistemas; en marzo de 2019, la Asamblea General proclamó el período 2021-2030 Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.

      • El proyecto Ganadería Colombiana Sostenible es un ejemplo de cómo sistemas de producción silvopastoriles (uso de diferentes tipos de árboles integrados a la producción ganadera y conservación de bosques nativos) elevan la productividad de las fincas a la vez que incrementan la prestación de bienes y servicios ambientales: mejora de la regulación hídrica y control de la erosión, aumento de la biodiversidad y almacenamiento de carbono, y reducción de las emisiones de óxido nitroso y gas metano, entre otros.
      • Se ha observado que en el Brasil y México las áreas protegidas de uso sostenible (en las que se permite producir) son más eficaces para prevenir la deforestación que las de protección integral.

Recomendaciones desde América Latina y el Caribe para alcanzar el ODS 15 y sus metas

      • Aplicar procesos más modernos de producción agrícola y pecuaria en la región para aumentar la producción, generar ingresos y empleo, y limitar el efecto negativo de los actuales patrones de producción en el medio ambiente.

      • Desarrollar sistemas agrícolas y alimentarios más sostenibles, sanos y diversos y con bajos niveles de uso de insumos que, además de conservar y regenerar la biodiversidad, constituyen sistemas más resilientes, energéticamente eficientes y socialmente justos.
      • Reducir la dependencia de los combustibles fósiles y promover la producción y utilización intensiva del conocimiento de los recursos, procesos y principios biológicos para el suministro sostenible de bienes y servicios en todos los sectores de la economía (bioenergía agrícola y bioinsumos, alimentos, fibras, productos para la salud, productos industriales y bioplásticos).

      • Reconocer el rol primordial del conocimiento científico y tecnológico como motor para redefinir las relaciones entre el sector agropecuario, los ecosistemas y la industria.