Campo energía heliótica en un atardecer
Objetivo 7: Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos

Descripción

El Objetivo 7 pretende garantizar el acceso a una energía limpia y asequible, clave para el desarrollo de la agricultura, las empresas, las comunicaciones, la educación, la sanidad y el transporte.
El mundo continúa avanzando para alcanzar las metas de energía sostenible, pero no lo suficientemente rápido. Al ritmo actual, alrededor de 660 millones de personas continuarán sin acceso a la energía eléctrica y casi 2000 millones de personas seguirán dependiendo de combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar en 2030.
Nuestro día a día depende de una energía segura y asequible. No obstante, el consumo de energía sigue siendo la principal causa del cambio climático, ya que representa alrededor del 60% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
La tasa mundial de acceso a la energía eléctrica aumentó del 87% en 2015 al 91% en 2021.

Panorama regional respecto al logro del ODS 7

      1. La energía es fundamental en todos los desafíos y oportunidades a los que hace frente el mundo actualmente. Sin embargo, el uso de combustibles fósiles ha afectado negativamente al medio ambiente, por lo que es necesario transformar el sistema energético para que la energía utilizada sea renovable y sostenible. En este contexto, el sector de la energía se está convirtiendo en una industria transformadora, basada en la innovación, la eficiencia y las fuentes renovables y más limpias, que puede contribuir a generar empleos de calidad y a desarrollar nuevas cadenas de valor para favorecer la recuperación de la economía regional. En América Latina y el Caribe, se ha avanzado considerablemente en el cumplimiento de la meta 7.1 sobre acceso universal a servicios energéticos, aunque persisten la pobreza energética multidimensional y el reto de llegar a las poblaciones rurales remotas. Aunque se ha progresado en lo que se refiere a la meta 7.2, relacionada con el aumento de la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas, la matriz energética de la región sigue basándose en gran medida en los combustibles fósiles y continúa siendo vulnerable a los choques geopolíticos externos —especialmente en el caso de los países importadores de hidrocarburos—. Asimismo, la persistencia de desafíos instrumentales y regulatorios y la falta de seguridad e integración energéticas no permiten avanzar al ritmo necesario para alcanzar esta meta. La meta 7.3, relativa al aumento de la eficiencia energética, requiere una atención considerable, al igual que en el resto del mundo, pero constituye también una gran oportunidad de transformación. Se observa un retroceso en la región en lo referente a la meta 7.a, a pesar de que su cumplimiento facilitaría alcanzar las demás metas.

    Garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos en América Latina y el Caribe

    Garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos en América Latina y el Caribe

    El análisis sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que aquí se presenta es el resultado de los debates que tuvieron lugar en el marco del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, convocada bajo los auspicios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Mensajes clave de la región sobre los temas que aborda el ODS 7 y sus metas

      • La región ha avanzado significativamente en las últimas décadas en lo relativo al porcentaje de población con acceso o conexión a electricidad, pues, en 2021, esta cifra era del 97,6%, en tanto que, en 2020, cerca del 88% de la población tenía acceso a electricidad procedente de fuentes de energía limpias. La mayor parte de los 16,1 millones de personas que no tienen conexión a electricidad en América Latina y el Caribe viven en zonas rurales y remotas, donde los costos de ampliación de las redes e infraestructuras son elevados. Aunque en la región se observan situaciones muy diversas, hay países en los que hasta el 15% de la población rural no tiene acceso a electricidad. En América del Sur, hay 4,9 millones de personas sin acceso y, en Centroamérica y México, esta cifra es de 3,7 millones.
      • Las repercusiones de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) y del conflicto en Ucrania se han traducido directamente en un aumento de la vulnerabilidad energética. El incremento de los precios de los combustibles fósiles (gas, petróleo y carbón) y las dificultades de pago de las cuentas de electricidad son dos ejemplos claros. Estos choques se han visto amplificados por la inflación, a través del encarecimiento de la energía y del transporte de bienes y servicios.
      • Dado que América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo, las carencias energéticas deben considerarse desde una perspectiva multidimensional, teniendo en cuenta las desigualdades y las especificidades territoriales. Los hogares de los quintiles más vulnerables son los que tienen menos acceso a servicios energéticos de calidad, debido a problemas de accesibilidad o asequibilidad. Las poblaciones indígenas y afrodescendientes de la región se encuentran entre las más vulnerables, dado que su falta de acceso a la electricidad duplica la proporción que presentan las poblaciones no indígenas ni afrodescendientes.
      • Las desigualdades de género en el ámbito de la energía se reflejan en la imposibilidad de acceder a fuentes de energía limpia para cocinar y en las responsabilidades de adquirir y gestionar la energía para el hogar. Asimismo, el uso de fuentes de energía como la leña y la biomasa está vinculado a problemas de salud, debido a la contaminación intradomiciliaria que generan. Esto demuestra los obstáculos relacionados con la pobreza energética que deben superarse para avanzar en otros Objetivos, teniendo en cuenta la gran cantidad de mujeres que son jefas de hogar en la región.

Buenas prácticas de la región respecto al ODS 7

      • La CEPAL, con el apoyo de la cooperación francesa y de los países de la región, está desarrollando un conjunto de indicadores, métricas y políticas de eficiencia energética.
      • Por su parte, en su trabajo sobre eficiencia energética con los países de América Latina y el Caribe, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha identificado múltiples oportunidades de ahorro de energía y eficiencia energética en la iluminación y el uso de electrodomésticos y equipos.
      • El sector que más energía consume en la región, y que se basa casi totalmente en el uso de combustibles fósiles, es el transporte, por lo que constituye un sector estratégico para la electrificación con fuentes renovables. La iniciativa de la CEPAL de apoyar la reconversión de los autobuses públicos existentes, transformando los motores de combustión interna en trenes de propulsión eléctrica, promueve el abandono del consumo de combustibles fósiles en el sector del transporte. De los 33 países de América Latina y el Caribe, 27 han priorizado el transporte como sector clave en la consecución de los objetivos de reducción de emisiones de sus contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN). La mayoría de los países de América Latina y el Caribe cuentan con legislación que incentiva la importación y el uso de vehículos eléctricos.
      • El hidrógeno verde es un tema de creciente relevancia en la agenda energética de América Latina y el Caribe, en concordancia con los objetivos, cada vez más ambiciosos, relacionados con el desarrollo, la transición energética y el clima. Gran parte de los países de la región cuentan con estrategias u hojas de ruta para el desarrollo del hidrógeno verde o se encuentran en proceso de elaborarlas. En 2022, 12 proyectos de hidrógeno verde estaban operativos en América Latina y el Caribe, y 71 proyectos se encontraban en fase de desarrollo.
      • En la subregión centroamericana se ha promovido el Corredor Centroamericano de Energía Limpia (CECCA), cuyo objetivo es incrementar el comercio intrarregional de electricidad producida con fuentes renovables en el marco del Mercado Eléctrico Regional (MER) y del Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC).
      • En 2013, los Estados miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM) se comprometieron a alcanzar un objetivo del 47% de generación de electricidad a partir de fuentes de energía renovables en 2027. Desde entonces, varias economías del Caribe han avanzado mucho en la incorporación de energías renovables, cuya capacidad instalada aumentó un 98% entre 2014 y 2021.

Recomendaciones de la CEPAL para alcanzar el ODS 7 y sus metas

      1. La CEPAL exhorta a los países de América Latina y el Caribe a acelerar la transición hacia fuentes de energía renovables y limpias, electrificar la matriz energética, aprovechar todo el potencial de la eficiencia energética y universalizar la cobertura con un servicio de calidad y sin intermitencias. Para alcanzar estos objetivos, la CEPAL propone acelerar la transición energética sobre la base de cinco pilares:
        1. i) Aumentar la proporción de fuentes renovables en la matriz energética.
        2. ii) Universalizar el acceso a la electricidad basada en energías renovables y reducir la pobreza energética sin dejar a nadie atrás.
        3. iii) Incrementar la seguridad energética y la resistencia a los choques externos en la región, mediante fuentes locales renovables, distribuidas y más limpias.
        4. iv) Reforzar la complementariedad, integración e interconexión entre los sistemas energéticos de la región.
        5. v) Mejorar la eficiencia de los sistemas energéticos en todos los sectores económicos.