Imagen de campo con pasto verde y tierra árida que simboliza desertificación
Objetivo 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos

Descripción

El cambio climático afectará a todas las personas de todos los países de todos los continentes de alguna forma. Se avecina un cataclismo climático y no estamos preparados para las posibles consecuencias.
El cambio climático se debe a las actividades humanas y amenaza la vida en la Tierra tal como la conocemos. Con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, el cambio climático evoluciona a un ritmo mucho más rápido de lo previsto. Sus efectos pueden ser devastadores y pueden provocar fenómenos meteorológicos extremos y cambiantes, así como la subida del nivel del mar.
De no controlarse, el cambio climático echará por tierra muchos de los avances logrados en materia de desarrollo en los últimos años. También provocará migraciones masivas que derivarán en inestabilidad y guerras.

Indicadores regionales

Panorama regional respecto al logro del ODS 13

      • El cambio climático es el más importante desafío para la humanidad en el presente siglo. Sus causas y consecuencias demandan acciones urgentes para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura media de la Tierra mediante un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), a la vez que se incrementa la capacidad de adaptación a sus efectos adversos, promoviendo la resiliencia al clima.
      • América Latina y el Caribe es una región comprometida con la acción climática, tiene matrices energética y eléctrica relativamente limpias y un gran potencial para las energías renovables, y dispone de los minerales estratégicos y de los mecanismos sectoriales clave que son necesarios para la transición energética y la transición hacia la neutralidad en carbono, respectivamente. Aun con este contexto favorable, la región debe aumentar la velocidad de descarbonización entre cuatro y cinco veces para poder cumplir con los compromisos de reducción de emisiones planteados en las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN).
      • A pesar de generar solo el 10% de las emisiones mundiales de GEI, América Latina y el Caribe es una región muy vulnerable a los efectos del cambio climático, principalmente por su ubicación geográfica y sus características socioeconómicas. Los esfuerzos de la región para adaptarse y reducir la vulnerabilidad frente a los impactos del cambio climático se concentran en los sectores altamente sensibles a la variación del clima como los vinculados al recurso hídrico, la biodiversidad y las zonas costeras, la agricultura y la salud.
      • Se han logrado avances importantes en términos de la reducción del riesgo de desastres (RRD). Todos los países de la región disponen de algún sistema de alerta temprana (SAT), 21 países cuentan con una estrategia nacional de RRD y existe un financiamiento más adecuado para responder ante las emergencias. Sin embargo, persisten brechas en términos de inversión en la RRD, particularmente en los procesos de reconstrucción, en lo referente a la cobertura territorial y en la incorporación de las amenazas. Es necesario hacer un llamado a coordinar mejor las agendas en materia de cambio climático, desarrollo sostenible y RRD en la región.

    Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos en América Latina y el Caribe

    Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos en América Latina y el Caribe

    El análisis sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que aquí se presenta es el resultado de los debates que tuvieron lugar en el marco del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, convocada bajo los auspicios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Datos clave de la región sobre los temas que aborda el ODS 13 y sus metas

      • El cambio de uso de la tierra, la silvicultura y la agricultura son causantes de una parte significativa de las emisiones regionales, debido a la importancia del sector primario y la escasa tecnificación de estas actividades en la región. El 58% de las emisiones de GEI de América Latina y el Caribe provienen del cambio de uso del suelo (38%) y la agricultura, la silvicultura y otros usos del suelo (20%). Las emisiones del sector de la energía representan el 25% del total de la región, incluida la participación de los sectores del transporte (11%), la generación y uso de electricidad, y otros (1).
      • Los grupos poblacionales de mayores ingresos son los que emiten una mayor proporción de GEI en la región. Sin embargo, las poblaciones de menores ingresos son las más vulnerables y las que sufren en mayor medida las consecuencias, por no contar con los medios para adaptarse a las nuevas condiciones del clima.
      • América Latina y el Caribe deberá aumentar de manera significativa la velocidad a la que ha venido descarbonizando sus economías y pasar de una velocidad de descarbonización histórica del 0,9% promedio anual (registrada entre 2010 y 2019) a una velocidad más de cuatro veces mayor, del 3,9% promedio anual, para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones planteados en las CDN. De hecho, para avanzar en la senda que permita alcanzar el objetivo de que el aumento de la temperatura media mundial no supere 1,5 oC, la velocidad de descarbonización de la región debe ser 8 veces mayor que la histórica (2).
      • Más de la mitad de los subsidios a los combustibles fósiles en la región están dirigidos al petróleo y aproximadamente un 20% al gas natural y al uso final de la electricidad. Si bien en la última década existe una tendencia a disminuir los subsidios a los combustibles fósiles, en 2021 se destinaron en la región 75.600 millones de dólares a dichos subsidios, cifra que disminuyó a 56.600 millones de dólares en 2022, en un contexto de pobre desempeño económico. Solo cinco países de la región han fijado un impuesto nacional al carbono, al mismo tiempo que se está avanzando en el diseño de mecanismos de mercados de carbono.
      • La región es especialmente vulnerable a fenómenos climáticos extremos, en particular el Caribe, donde pueden ocasionar retrocesos importantes. Por ejemplo, Dominica sufrió daños y pérdidas que ascendieron al 226% de su PIB cuando fue devastada por el huracán María, en 2017. Si bien se han alcanzado algunos logros en la reducción del impacto de los desastres, los informes nacionales muestran que los países no están en el camino de alcanzar las metas del Marco de Sendái para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030.

Buenas prácticas de la región respecto al ODS 13

      • En América Latina y el Caribe, 29 de los 33 países han presentado sus contribuciones determinadas a nivel nacional actualizadas o bien han presentado CDN sucesivas a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Adicionalmente, 15 países de la región han presentado sus planes nacionales de adaptación (PNAD) y 8 países han definido su estrategia de largo plazo. Se destacan el Brasil, Chile, Granada, Santa Lucía y el Uruguay, que han presentado incluso planes sectoriales de adaptación.
      • En América Latina y el Caribe se observa un aumento del nivel de ambición en materia climática en comparación con las primeras CDN que los países presentaron en 2015. Las metas climáticas de la región para 2030 se ubican entre un 24% y un 29% de reducción de las emisiones respecto del escenario sin cambios y priorizan sectores como la energía, el uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y la silvicultura, el transporte, la agricultura y los desechos.
      • En la región se han hecho adelantos en lo referente a la institucionalidad y existen áreas que trabajan en el ámbito del cambio climático en ministerios sectoriales (como los de finanzas, planificación, energía o agricultura) e incluso en algunos bancos centrales. También se ha avanzado en la tramitación de leyes para hacer frente al cambio climático: 11 países cuentan con leyes nacionales sobre cambio climático y otros 4 están en este proceso.
      • Los países de América Latina y el Caribe han avanzado en términos del uso de herramientas como los sistemas de información geográfica (SIG) y la evaluación del riesgo de desastres. Sin embargo, persisten retos relacionados con la recopilación y la interoperabilidad de los datos y su falta de desagregación por sexo, edad y condición de discapacidad de las personas.
      • En la región, 21 países cuentan con una estrategia nacional de RRD en concordancia con el Marco de Sendái. Además, en 2019 se creó la Red de Cámaras de Comercio del Caribe (CARICHAM), con el propósito de lograr una mayor colaboración entre actores en materia de la RRD y una mayor inclusión de grupos tradicionalmente marginados de los diálogos, como los gobiernos locales y la sociedad civil.
      • La región presenta avances importantes en lo referente al financiamiento para responder a las emergencias, así como en la asignación presupuestaria y el financiamiento para la RRD y para el fortalecimiento de la resiliencia. Sin embargo, el declive económico se ha traducido recientemente en una disminución de las asignaciones presupuestarias.
      • Los países de América Latina y el Caribe han avanzado en la preparación previa a los desastres. Se destacan los sistemas de alerta temprana como la iniciativa Riesgo Climático y Sistemas de Alerta Temprana (CREWS) en el Caribe, que en 2022 y 2023 incluso apoyó al Ecuador, el Perú y Trinidad y Tabago en la implementación de sus sistemas de atención temprana frente a múltiples amenazas.
      • En el propósito de reconstruir para mejorar, se destacan varias iniciativas, como la del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en conjunto con Antigua y Barbuda y Dominica, enfocada en la reparación o reconstrucción de infraestructura clave mejorando los estándares de construcción, así como el enfoque de recuperación adoptado en 2018 por los Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe (CARICOM), que pone énfasis en la necesidad de proteger a las personas que están en mayor riesgo, salvaguardar la infraestructura y mejorar la preparación operativa.

Recomendaciones de la CEPAL para alcanzar el ODS 13 y sus metas

      • Para lograr una transición que permita enfrentar eficazmente el cambio climático, se requiere tanto de objetivos más ambiciosos en las futuras CDN, como de transformaciones importantes en la estructura productiva de las economías de América Latina y el Caribe. Entre los sectores que ofrecen mayores oportunidades se encuentran los siguientes: la transición energética, las energías renovables y las industrias del litio y el hidrógeno verde; la movilidad sostenible, basada principalmente en la electromovilidad; la economía circular y los beneficios que conlleva la reducción del uso de materia prima virgen; la bioeconomía, sobre la base de una agricultura más sostenible; la gestión sostenible del agua, y el turismo sostenible (3).
      • Se requiere aumentar el financiamiento (público y privado) destinado a las inversiones relacionadas con el clima y dar señales claras a los inversionistas privados, toda vez que acelerar la acción climática también significa transformar los planes de acción climática en planes y proyectos de inversión.
      • Se necesita una mayor coordinación y coherencia entre las políticas económicas, las políticas ambientales y las políticas sociales, para hacer frente a la magnitud del reto en materia climática.
      • La gestión del riesgo de desastres (GRD) debe ser una parte integral de la estrategia de gestión del cambio climático. Es importante disponer de planes nacionales de financiamiento de la RRD que se traduzcan en estrategias que puedan crear resiliencia a largo plazo y que dispongan de financiamiento suficiente. Este es un aspecto particularmente preocupante, sobre todo para las economías de muchos pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) que dependen de industrias únicas, como el turismo, donde cada choque externo puede tener impactos económicos significativos.
      • Es necesario aumentar la conciencia sobre los costos y los beneficios de invertir en el fortalecimiento de la resiliencia y la prevención, así como superar los retos relacionados con la garantía de los derechos humanos en el contexto de la respuesta a los desastres, incluidas las necesidades diferenciadas de las personas con discapacidad o que viven con enfermedades crónicas y la transversalización del enfoque de género.

ODS 13 - Notas al pie

      1. (1) Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Banco de datos regional para el seguimiento de los ODS en América Latina y el Caribe”, 2023 [en línea] https://agenda2030lac.org/estadisticas/bancodatos- regional-seguimiento-ods.html?lang=es [fecha de consulta: 14 de diciembre de 2023].
      2. (2) CEPAL, The economics of climate change in Latin America and the Caribbean, 2023: financing needs and policy tools for the transition to low-carbon and climate-resilient economies (LC/TS.2023/154), Santiago, 2023.
      3. (3) Ibídem.