Personas trabajando la tierra sembrando en el campo
Objetivo 8: Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos

Description

El Objetivo 8 pretende promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos.
Diversas crisis amenazan gravemente la economía mundial. Se prevé que el crecimiento real del PIB mundial per cápita se desacelere en 2023. Las difíciles condiciones económicas empujan a más trabajadores al empleo informal.
Se ha producido un incremento de la productividad laboral y un descenso de la tasa de desempleo a escala mundial. No obstante, es necesario seguir avanzando para mejorar las oportunidades de empleo, especialmente entre jóvenes, reducir el empleo informal y la desigualdad en el mercado laboral (sobre todo en lo que respecta a la brecha salarial entre hombres y mujeres), promover entornos de trabajo seguros y protegidos y mejorar el acceso a los servicios financieros para garantizar un crecimiento económico sostenido e inclusivo.

Panorama regional

      • La tendencia reciente del crecimiento económico per cápita en América Latina y el Caribe muestra que para 2030 sería factible alcanzar la meta de mantener el crecimiento económico per cápita con respecto a la línea de base de 2015 (meta 8.1). Sin embargo, desde una perspectiva estructural, la trayectoria macroeconómica observada en las últimas dos décadas del siglo XX y las primeras dos décadas del siglo XXI en la región deja mucho que desear. Los países de la región enfrentan lo que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha denominado una trampa de baja capacidad para crecer.
      • El dinamismo económico se ha visto obstaculizado por la heterogeneidad productiva, caracterizada por marcadas diferencias de productividad entre empresas y sectores, distintas capacidades de respuesta de las políticas macroeconómicas a los vaivenes del ciclo económico, grandes disparidades en el acceso al financiamiento productivo y una alta informalidad en los mercados laborales.
      • Los mercados laborales de la región han experimentado un cambio estructural (por ejemplo, los sectores de menor productividad laboral son los que han generado más empleo) y ello ha repercutido en la dinámica de la productividad laboral y ha provocado que esta se redujera significativamente desde la década de 1980.
      • Existen profundas transformaciones en el mundo del trabajo a las que se suma el aumento de la movilidad humana. Proliferan las nuevas formas de empleo (como las plataformas digitales) y se registran altas tasas de informalidad. Todo ello plantea desafíos para la protección de los derechos laborales y la garantía de entornos de trabajo seguros para toda la población.
      • Tras la pandemia de COVID-19, prácticamente todos los países de la región incorporaron la sostenibilidad en sus planes nacionales de desarrollo turístico mediante la aplicación de un enfoque más integral, y reconocieron la importancia de los territorios, la sostenibilidad ambiental y la gobernanza.
      • En las últimas décadas, no se han producido mejoras significativas con respecto a la huella material por PIB o al consumo material interno (tanto en términos absolutos como per cápita). Por lo tanto, en la región aún no se ha iniciado el proceso de desvinculación del desarrollo económico del uso de materiales.
      • Los sectores productivos de América Latina y el Caribe cuentan con acceso limitado al sistema financiero. Las pequeñas y medianas empresas (pymes) utilizan el sistema financiero principalmente para realizar depósitos y como medio de pago y, en menor medida, para obtener productos de préstamo y crédito.

    Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos en América Latina y el Caribe

    Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos en América Latina y el Caribe

    El análisis sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que aquí se presenta es el resultado de los debates que tuvieron lugar en el marco del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, convocada bajo los auspicios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Datos clave de la región

      • Entre las décadas de 1950 y 1970, el producto interno bruto (PIB) per cápita creció de manera sostenida del 2,1% al 3,4%. Durante la crisis de la deuda, en la década de 1980, el PIB per cápita de la región se contrajo un 0,1%, lo que dio origen a la denominada década perdida. Si bien el PIB creció en las décadas siguientes, los promedios por década fueron inferiores a los registrados previamente, y se estima que el crecimiento promedio entre 2016 y 2025 será del 0,4%.
      • La tasa real de crecimiento promedio de la inversión fue del 2,1% en el período 1990-2023, por lo que se mantuvo en torno al 19% del PIB.
      • Entre 2014 y 2023, el crecimiento promedio del número de ocupados de la región fue del 1,3%, un tercio del 3,9% registrado en la década de 1970.
      • La participación del sector de servicios en el empleo se incrementó 36,2 puntos porcentuales, ya que aumentó del 28,5% en 1950 al 64,7% en 2020, y la participación del sector agrícola pasó de más del 50% en 1950 a menos del 15% en 2020.
      • La participación de la manufactura en el empleo se redujo del 14,4% en 1950 al 12,3% en 2020 y la de la construcción aumentó del 3,3% al 7,1% en el mismo período.
      • Entre 2016 y 2023, el crecimiento anual promedio de la productividad laboral de la región fue del 0,0% (no hubo ningún crecimiento).
      • La población ocupada aumentó un 10,0% entre 2013 y 2022, alza que se explica principalmente por el aumento del empleo informal, ya que este se incrementó un 18,6%, mientras que el empleo formal creció solo un 3,3%.
      • En 2023, el empleo informal representaba el 51,8% del empleo total en América Latina y el Caribe (el 50,8% en el caso de las mujeres y el 52,6% en el de los hombres).
      • Al analizar la evolución del empleo informal por sexo, se observa un mayor aumento entre las mujeres (22,8%), pues, entre los hombres, este fue del 15,7%.
      • En 18 países de América Latina1 , el porcentaje promedio de jóvenes que no cursan estudios ni tienen empleo remunerado cayó solo 3,6 puntos porcentuales entre 2000 y 2023, pues pasó del 20,8% al 17,2%.
      • En 2020, había aproximadamente 8,3 millones de niñas, niños y adolescentes en situación de trabajo infantil en América Latina y el Caribe, lo que representaba el 6% de la población regional de entre 5 y 17 años.
      • La huella material en América Latina y el Caribe aumentó de 2,8 gigatoneladas en 1970 a 7,9 gigatoneladas en 2021, y el consumo material interno aumentó de 9,5 toneladas por persona en la década de 1970 a más de 15 toneladas por persona en los últimos años.
      • Los materiales secundarios representan algo menos del 1% del consumo material total de América Latina y el Caribe, en comparación con el 7,2% a nivel mundial.
      • En 2019, se alcanzó un récord a nivel mundial de 1.464 millones de llegadas de turistas internacionales. En 2020, esta cifra cayó a 406 millones debido al impacto de la pandemia de COVID-19 y, posteriormente, en 2024, se recuperó y alcanzó los 1.445 millones.
      • El turismo representa, en promedio, el 2,5% del PIB en América del Sur, el 5% en Centroamérica y el 8% en México. En el Caribe, el turismo equivale al 20% del PIB, aunque existen importantes variaciones entre los países.
      • El turismo abarca gran parte de las exportaciones de servicios, especialmente en el Caribe; representa el 6% del empleo en América Latina y el 35% en el Caribe.
      • En promedio, las mujeres ocupan el 62% de los puestos de trabajo en los sectores de alimentación y alojamiento, pero tienden a ocupar puestos con menor remuneración en las áreas de servicio.
      • El 89%, el 94,3% y el 96,6% de las pequeñas, medianas y grandes empresas de la región, respectivamente, tienen una cuenta corriente o de ahorros en el sistema financiero formal. Por otra parte, en promedio, el 40,9%, el 56,7% y el 69,0% de las pequeñas, medianas y grandes empresas de la región, respectivamente, tienen un crédito bancario.

      1 Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela (República Bolivariana de).

Buenas prácticas de la región

      • El programa Colombia BIO es un ejemplo de producción y consumo eficiente de recursos, que desvincula el crecimiento económico de la degradación ambiental. La meta de este programa es generar 500 bioproductos sostenibles para 2030, y, entre 2019 y 2022, ya se habían registrado 148 de ellos.
      • La Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libre de Trabajo Infantil, liderada por los Gobiernos de 31 países2 , en conjunto con organizaciones de trabajadores y empleadores, busca acelerar la erradicación del trabajo infantil para 2025 mediante una acción coordinada y sostenida en toda la región.
      • La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la CEPAL desarrollaron un Modelo de Identificación del Riesgo de Trabajo Infantil, una herramienta innovadora que permite determinar cuáles son los territorios más vulnerables en relación con este problema y ofrece información clave para orientar políticas y programas específicos. Hasta el momento, el modelo se ha implementado en 11 países de América Latina y el Caribe3 .
      • Recientemente, la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas aprobó el Marco Estadístico para la Medición de la Sostenibilidad del Turismo, que se construye sobre la base de las cuentas satélite de turismo y el Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica (SCAE), por lo que la falta de esta información dificulta la planificación y la toma de decisiones sobre el desarrollo turístico y su sostenibilidad.
      • México participó activamente en el diseño y la prueba del Marco Estadístico para la Medición de la Sostenibilidad del Turismo. La República Dominicana también está realizando esfuerzos para fortalecer la gestión turística a nivel territorial.
      • El fortalecimiento de las capacidades institucionales es central para potenciar la movilización de recursos y utilizarlos de manera más eficiente. Para ello, la región debe contar con instituciones macroeconómicas dotadas de capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas (TOPP). Esto incluye, entre otras cosas, el desarrollo de marcos integrales de políticas públicas, la mejora de los sistemas de información y gestión presupuestaria, el fortalecimiento de los mecanismos de coordinación entre las políticas macroeconómicas y la detección de riesgos mediante análisis prospectivos que guíen las decisiones estratégicas con una perspectiva a mediano plazo.
      • Es necesario promover un análisis del crecimiento económico basado en una clasificación que, además del PIB per cápita, tenga en cuenta los niveles de desarrollo de los países, especialmente de los de ingreso medio.

      2 Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Brasil, Bolivia (Estado Plurinacional de), Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, Suriname, Trinidad y Tabago, Uruguay y Venezuela (República Bolivariana de). 

      3 Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Jamaica, México, Paraguay y Perú

Recomendaciones de la CEPAL

      • Es necesario implementar políticas macroeconómicas y financieras, así como de desarrollo y transformación productiva, que estimulen la inversión para escapar de la trampa de baja capacidad para crecer y estancamiento de la productividad en la que se encuentra la región. Al aumentar la inversión en la región, además de promoverse cambios profundos en la estructura productiva de los países, se fortalecen la adaptación y la mitigación en relación con el cambio climático.
      • Es preciso implementar políticas de desarrollo productivo de nueva generación y determinar las áreas con mayor potencial para dinamizar el crecimiento, priorizando la sostenibilidad ambiental, el impulso a la ciencia, la tecnología y la innovación, la digitalización, el financiamiento empresarial y la atracción de inversiones.
      • Es necesario redoblar los esfuerzos destinados a incrementar la productividad laboral mediante la aplicación en los países de políticas de desarrollo productivo de alto impacto y bajo costo, como las relativas al desarrollo territorial, que incluyen iniciativas clúster, arreglos productivos locales, cadenas productivas y asociaciones empresariales y laborales en general.
      • Se debe mejorar la eficiencia de los patrones de producción y consumo con el fin de desacoplar el crecimiento económico de las presiones sobre el medio ambiente. Es conveniente fomentar la lógica de la circularidad desde la fase de diseño de los productos hasta el reciclaje de los desechos.
      • Para reducir la informalidad es necesario centrar los esfuerzos en una estrategia de desarrollo productivo que estimule el crecimiento de los sectores y las ramas de actividad que impulsan la creación de puestos de trabajo formales y fomentan la productividad de los trabajadores.
      • La estrategia también debe incluir información para las personas jóvenes y las instituciones educativas y de formación profesional acerca de las habilidades y los conocimientos que se demandarán en el futuro y que contribuirán al desarrollo productivo de la región.
      • Es fundamental invertir en la disminución de las desigualdades que afectan a la juventud, sobre todo durante la transición de la escuela al trabajo, y es necesario incentivar la creación de empleo de calidad para las personas jóvenes a través de subsidios salariales, programas de capacitación dual y apoyo al emprendimiento.
      • Es preciso reforzar los sistemas de protección social estableciendo medidas específicas para las mujeres jóvenes, como los servicios de cuidado y las licencias parentales, que promueven la corresponsabilidad en el cuidado.
      • Es indispensable mantener y reforzar las políticas encaminadas a reducir el trabajo infantil en la región mediante la ampliación de la protección social, la educación, la inclusión laboral y la incorporación de jóvenes y adultos a empleos formales con protección social y salarios justos.
      • Es necesario llevar a cabo acciones para proteger los derechos laborales y las condiciones de trabajo seguro de las personas migrantes, ya sea que estén en tránsito o hayan retornado a sus países.
      • Es recomendable promover la diversificación y la innovación en el sector turístico.
      • La región debe priorizar la inclusión financiera como una manera de movilizar recursos en favor del desarrollo. Es esencial adoptar una nueva perspectiva en relación con la innovación financiera, que canalice los recursos hacia el sector productivo y los objetivos de desarrollo.
      • Es fundamental aumentar la capacidad de préstamo de la banca multilateral y subregional a través de una mayor capitalización, el aumento de la capacidad para apalancar los recursos del sector privado y establecer criterios de préstamos más flexibles, o una combinación de estos.
      • Es crucial reformar la arquitectura financiera internacional para potenciar la capacidad de movilización de recursos en la región.